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"Y yo seré para ella una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella" (Zacarías 2:5)

Nov 9, 2007

ARTICULO

El débil puede volverse fuerte

Rab. Pynchas Brener

Apartándonos de la discusión acerca de los legítimos derechos de la mujer, su igualdad ante la ley, la realidad es que la Biblia siempre reconoció el papel esencial que la mujer ha desempeñado.

Empezando con la primera mujer, Javá, que induce a su esposo Adam a saborear el fruto prohibido, las matriarcas desempeñaron un rol decisivo en el desarrollo de los eventos más importantes en los albores del pueblo judío. Sará exigió que Hagar y Yishmael fuesen expulsados del hogar de Avraham para evitar su probable influencia negativa sobre Yitzjak, que estaba destinado a promover los ideales del prócer del judaísmo.

Rajel conspiraría con su hermana Leá para engañar a Yaacov en la noche de sus nupcias, incluso negociaría su derecho para dormir con su esposo. En nuestros capítulos, la segunda matriarca, Rivká, reconociendo que Yaacov tenía la personalidad indispensable para continuar con las enseñanzas de Yitzjak, recurrió al ardid para asegurar que fuera Yaacov quien recibiera la bendición patriarcal en lugar de su hermano mellizo, Esav.

Años más tarde, Yaacov cruzaría sus manos cuando Yosef le presentara a sus hijos y bendijo al menor con la mano derecha como una señal de preferencia por ese nieto. No mostrar una preferencia por el hermano mayor se ajusta a la línea trazada por el texto bíblico: el liderazgo no es automático ni hereditario, únicamente refleja el mérito del individuo, su facultad de decisión y carácter.

Por otro lado, cuando Rivká fue a indagar el porqué del conflicto que sintió en sus entrañas durante el embarazo, recibió la respuesta: “Hay dos naciones en tu vientre, dos pueblos diferentes saldrán de tu cuerpo, uno de los pueblos será más poderoso que el otro y el mayor servirá al menor”

Vemos entonces que incluso antes de nacer, antes de que los jóvenes pudieran desarrollar rasgos individuales, su destino estaba determinado: el mayor serviría al menor, Yaacov sería el heredero de Yitzjak.

Tal vez podríamos interpretar el mensaje que recibió Rivká, señalando que las criaturas que reñían en su fuero interno tendrían cierta predisposición al nacer; no obstante, poseerían suficientes elementos de libertad para cambiar el rumbo de sus vidas y alterar su destino.

Los seres humanos no nacen iguales. El talento musical, por ejemplo, no es repartido de manera democrática. Hay personas que tienen un mayor número de neuronas que habitan en sus cerebros. Sin embargo, hay numerosos ejemplos de individuos que han superado sus limitaciones naturales para desarrollarse en las artes y en la ciencia. Al contrario, muchas veces los obstáculos se constituyen en los agentes catalíticos que impulsan el esfuerzo que conduce al éxito.

Yaacov era físicamente el más débil de los hermanos; sin embargo, el momento de la lucha contra un hombre o ángel, que lo asedió antes del encuentro con su hermano Esav después de una ausencia de veinte años, fue una demostración de la energía espiritual que se convirtió en una fuerza física suficiente para derrotar a un adversario.

La predisposición del recién nacido no tiene que ser el factor determinante del futuro. Al contrario: el desafío y la desventaja pueden transformarse en un estímulo para un mayor desarrollo emocional y espiritual ●
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"Somos capaces de luchar contra las peores adversidades, echando mano de nuestras creencias, nuestro sistema de valores y fe"