shomer yisrael - שמר ישראל

"Y yo seré para ella una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella" (Zacarías 2:5)

Dec 2, 2007

JANUCA

Iluminando
la calle
con
orgullo judío

Por Rab Shmuel Butman - JUDAICASITE

Jánuca celebra el orgullo de nuestra Torá. Esto fue así en la historia de Jánuca y continúa siendo expresado en su observancia.

Históricamente, la batalla contra los griegos comenzó sólo después de que ellos empezaron a destruir nuestro judaísmo. Por cientos de años los judíos habían sido sometidos a poderes extranjeros -Babilonia, Persia, Grecia. Sin embargo, en tanto fueran autorizados a practicar y estudiar la Torá, no se rebelaron. Sólo cuando los sirios-griegos buscaron interrumpir la conexión del judío con D-s y con Su Torá, es que Matitiahu y sus hijos comenzaron a luchar con ellos.

Eventualmente, los Jashmonaim -"Tus santos Sacerdotes" (tal como decimos en "Hanerot Halalu") alcanzaron su principal objetivo de recapturar el Bet Hamikdash (Templo de Jerusalem). Antes de cualquier otra cosa, lo purificaron totalmente de la influencia extraña de aquellos que se oponían a D-s y a Su Torá. Insistieron en que la Menorá -el candelabro de siete brazos- fuera reencendido con aceite que tuviese el sello del Cohen Gadol (Sumo Sacerdote), el máximo dirigente espiritual de la época.

La Menorá simbolizaba la luz de la Torá. Esa es la razón, dicen nuestros Sabios, por la que las ventanas del Bet Hamikdash estuviesen inclinadas hacia fuera -para llevar la luz de la Torá al mundo entero. En realidad, cuando no se consigue otro aceite, la ley judía permite que la Menorá sea encendida con aceite impuro hasta que otro aceite no contaminado pueda ser traído. Pero en esa fundamental coyuntura de la historia, representando la supervivencia del mismo centro de nuestra fe luego del cruel intento de profanarlo, los jashmonaim rechazaron con orgullo cualquier arreglo o compromiso. El aceite tenía que ser sólo el más puro, únicamente con el sello del Cohen Gadol atestiguando sobre su completa pureza.

La observancia de
Jánuca, también, expresa el orgullo judío. La Menorá debe ser encendida, óptimamente, cuando desciende la oscuridad. La costumbre original, tal como está registrada en el Talmud, era encender la Menorá en la puerta de la casa, del lado de afuera, a fin de que brillara en el espacio público difundiendo, de esta forma, el milagro. Aunque durante nuestro largo recorrido por el exilio, a menudo entre hostiles vecinos, esta costumbre ha caído mayormente en desuso, su lección sigue siendo relevante hasta el día de hoy.

La lección de Janucá es que debemos iluminar la oscuridad del mundo -el ocultamiento de la presencia de D-s y de la verdad de Su Torá. Debemos llevar la luz de la Torá incluso al espacio público, allí donde todos son libres para andar y expresar opiniones, aun opuestas a la Torá. Porque ahí se necesita la iluminación de la Torá, aun más urgentemente que en el seguro refugio del hogar judío fiel a la Torá y de la ieshibá donde la luz de la Torá brilla continuamente.

Esto es especialmente cierto hoy en día, cuando tantos judíos, incluso sin intención de ser así, están tan lejos de los hermosos caminos de la Torá y vulnerables a la influencia de la oscuridad de la "calle" -la cultura predominante que no siempre (por decirlo suavemente) está en consonancia con nuestra Torá.

Normalmente, el más estricto nivel de observancia de una mitzvá (precepto) no es el que necesariamente resulta adoptado por todos los judíos. Sólo en
Jánuca encontramos que "Mehadrin Min Hamehadrin" (la práctica estricta) ha sido universalmente adoptada. El cumplimiento original de la mitzvá, dice el Talmud, era encender una luminaria por familia cada noche. Aquellos más cuidadosos solían hacer que cada miembro de la familia encendiera su propia vela. La costumbre de los más estrictos, "Mehadrin Min Hamehadrin", es aumentar el número de velas noche a noche, desde una hasta ocho. Y ésta se ha convertido en la costumbre judía universal.

Esto, también, expresa el orgullo judío que es el tema central de Janucá. Cuando se trata de cumplir una mitzvá que expresa la eternidad de la Torá y su brillante mensaje de iluminar la oscuridad del mundo, nosotros -como los jashmonaim originales- no aceptamos nada menos. Todos los judíos nos esforzamos por observar la mitzvá de
Jánuca de la forma más cuidadosa para mostrar cómo este mensaje central del judaísmo es tan caro a nuestros sentimientos.

Que la brillante luz de Janucá ilumine nuestro camino hacia la inminente Gueulá (Redención) muy pronto en nuestros días. Amén ●
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Shmuel Menachem Butman nació en 1944 y es rabino de Jabad en Crown Heights, Brooklyn, Nueva York. Por largos años ha fungido como director de la revista semanal L'Chaim.